Érase que se era, en unas montañas en España, un
rey que tenía una hija a la que quería
muchísimo que se llamaba Marina. La reina se había
muerto cuando nació la princesa, porque estaba enferma. El rey se volvió
a casar con otra mujer que era muy guapa y agradable pero que no quería a la
princesa. Cuando Marina era pequeña, la madrastra
no le hacía mucho caso pero tampoco se portaba mal con ella. La princesa creció
y la madrastra empezó a
tener envidia porque era muy guapa, muy buena, muy amable con los demás y todo
el mundo la quería.
La madrastra decidió deshacerse de ella, y le dijo a un soldado
de la corte que se llevase a la muchacha a las
montañas y que la dejase en un sitio que no conociese para que se perdiera,
pero el soldado que la quería mucho, como todos los demás, le dijo que buscase
una cueva o algún lugar donde pudiese vivir, porque la madrastra la quería
matar. El soldado de la corte le dijo a la princesa que no volviese a palacio
para que la madrastra no la matase.
La princesa le dio las gracias y se metió en una de las
cuevas. Esperó a que llegara la noche para asegurarse de que no la estarían
buscando y salió a buscar algo de comida porque tenía mucha hambre. Estuvo
varios días en la misma cueva porque no sabía dónde podía ir. Durante esos días
salía a las montañas para ir a buscar frutas y plantas para poder comer. La
princesa tenía mucho frío por las noches y como no tenía nada con lo que se
pudiese abrigar, decidió cambiar a otra cueva en la que hacía más
calor. Ella sabía que en el otro lado de la montaña la temperatura era
mejor porque muchas veces, había ido de excursión con su padre cuando era
pequeña, y él le había explicado muchas cosas sobre las montañas y las cuevas.
La princesa empezó a andar y encontró otra cueva en la que
había mucha luz. Cuando se acercó vio que había un fuego encendido y vio
que había un caballero asando unos
peces en el fuego. Marina se acercó al caballero y le preguntó que si podía
compartir su comida y el calor del fuego con ella porque estaba hambrienta y
tenía muchísimo frío. Izan le dijo que se sentase con él y le preguntó que de
dónde venía. Marina le explicó que del otro lado de la montaña y que llevaba
toda la noche caminando, que había tenido que huir de su casa porque su
madrastra la quería matar.
El caballero le dijo que él vivía con otros seis
hermanos en las montañas porque estaban
escondidos del hechicero, que era muy egoísta y
quitaba todo lo que podía a las personas del pueblo. Le contó que el hechicero
había matado a sus padres porque no querían darle sus cosas y que a ellos les había puesto un encantamiento con el que
llevaban muchos años que consistía en dar vueltas por las montañas hasta que
encontrasen a la persona que podría ayudarles a regresar a su pueblo. Como
parte del encantamiento y recordatorio, deberían llevar todos los días
una piedra pesada cada uno. Los caballeros habían tenido que abandonar su
pueblo e ir a esconderse a las montañas. La princesa se quedó pensativa,
porque no entendía por qué no habían ido a hablar con su padre para que les
ayudase. Marina les preguntó si habían ido a hablar con el rey para que
él les pudiese ayudar y les devolviera todo lo que el hechicero les había
quitado y que así podrían romper la maldición de las piedras mágicas. El
caballero le dijo que el rey confiaba mucho en el hechicero y que y jamás les
iba a creer.
Cuando llegó la noche aparecieron los otros 6 hermanos. El
más joven de los 7 se llamaba Izan, era el
jefe y porque era el más listo y el que sabía organizar bien al resto. El
caballero que había estado con Marina, contó a sus hermanos todo lo que le
habían hablado. Los caballeros estuvieron hablando
sobre qué harían con ella cuando de repente sus piedras mágicas, empezaron a
brillar…, de repente se iluminó todo el bosque, y las piedras se convirtieron
en un precioso collar que llegó hasta el cuello de la princesa. Los
caballeros se alegraron muchísimo porque significaba que habían encontrado a la
persona que les ayudaría a recuperar todo lo que les correspondía, así
que preguntaron a Marina que si quería
quedarse con ellos y aprender a cazar y a vivir en la montaña. La princesa
les dijo que sí porque no podía volver a palacio y necesitaba sobrevivir en las
montañas.
Pasaron muchos años y Marina aprendió todo lo
que los caballeros le habían enseñado. Los
hermanos querían muchísimo a la princesa, pero Izan, se había enamorado de
ella, y Marina de Izan aunque ninguno de los dos se dijo nada.
Un día cuatro de los hermanos que habían salido al pueblo a
buscar comida no volvieron. Marina se había quedado en la cueva guardando todas
sus cosas. Cuando llegaron tres de los hermanos le dijeron que el hechicero
había capturado a los otros cuatro y que les iba a matar como castigo por no
haber abandonado el pueblo como les había dicho.
Marina dijo que no podían dejar que eso pasara y junto con
los tres hermanos que habían regresado se fue a palacio para hablar con el rey.
La princesa le dijo a uno de los soldados
reales que quería ver al rey. El soldado
se quedó un poco extrañado y le preguntó que quien era. Marina contestó que era
la hija del rey, y él la reconoció al instante. El soldado fue a ver al rey
para decirle que su hija había vuelto y que quería hablar con él. El rey le
dijo que su hija llevaba mucho tiempo desaparecida y que nunca se supo nada de
ella.
El soldado le dijo que viese a la muchacha porque estaba
convencido de que era la princesa, y como el rey confiaba mucho en su soldado,
dejó entrar a la chica. Marina al ver que su padre no la reconocía le empezó a
contar cosas que hacían cuando era pequeña que solo el rey y ella misma que era
sus hija sabían. Le contó que había sobrevivido en las montañas antes de
conocer a los caballeros gracias a lo que él le había enseñado en las
excursiones que hacían a las montañas.
El rey se puso muy contento porque había recuperado a su hija
y le preguntó qué había hecho durante todo esos años. Marina le contó lo que la
madrastra quería hacer con ella y lo que el soldado había decidido hacer y cómo
los caballeros habían cuidado de ella. La princesa le contó a su padre el
problema que tenían los caballeros con el hechicero de palacio y porqué les
había encontrado en las montañas. El rey mandó encerrar a la madrastra y al
hechicero en las mazmorras y devolvió a los caballeros todo lo que les habían
quitado además de concederles el honor de convertirse en sus soldados
personales. Los caballeros aceptaron ser sus soldados personales y Marina
le dijo a su padre que si el Izan quería y le daba su permiso, se casara
con ella. Izan le dijo que por supuesto porque estaba muy enamorado de ella y
finalmente se casaron.
Todos se quedaron a vivir en palacio y muchos, muchísimos años
después el rey murió. Marina e Izan fueron los reyes del pueblo y todos estaban
muy felices porque lo nuevos reyes dieron a su pueblo todo lo que necesitaban.
¡Y
colorín colorado……. Este cuento se ha acabado!
La adaptación del cuento la he realizado para niños de cuatro
años. Creo que es una edad muy buena para contar cuentos folclóricos a los
niños porque ya son capaces de mantener la atención durante más tiempo y tienen
una imaginación desbordante. A lo niños de esta edad, les encantan los
cuentos en los que aparezcan escenas mágicas porque es la forma de ayudar a los
protagonistas, y sobre todo que haya un final feliz.
En cuanto a la adaptación:
* He puesto
nombre a los personajes principales únicamente porque así pueden seguir la
historia mejor y saber de quién se habla.
* He quitado
algunos elementos de la historia que no me parecen muy importantes como es por
ejemplo el lugar exacto como es el caso de Sierra Morena que aparece en el
relato principal que nos contó Irune en clase, o cambiado que la reina muere en
el parto a que muere por una enfermedad porque me parece que los niños lo
pueden comprender mejor.
* He cambiado
la figura de los bandoleros por la de los caballeros porque considero que a esa
edad no saben lo que es un bandolero pero si lo que es un caballero por las
películas o los dibujos que han podido ver o por otros cuentos que les han
podido contar.
* He cambiado
la figura del gobernador del cuento principal por la del hechicero para
introducir el elemento mágico que gusta tanto a esta edad, he añadido la
existencia de unas piedras mágicas que ayudan a los caballeros para conseguir
que la princesa de la adaptación pueda quedarse con los caballeros si ella lo
decide. He elegido la del hechicero porque me parece que la figura de la bruja
ya la encuentran en otros muchos cuentos y para que sea una historia diferente.
* He cambiado
algunos hechos que me parecen inapropiados para esta edad porque pueden ser un
poco escabroso, como por ejemplo que la madrastra le diga al guardián de la
corte que se lleve a la princesa y la despeñe por que la madrastra le diga al
guardián que se lleve a la princesa y la abandone en las montañas o lo que he
dicho anteriormente del parto de la reina.
* He resumido
algunos hechos de la versión narrada en clase que me parece que no son
relevantes, como por ejemplo que los hermanos empiezan a ver a la princesa de forma
diferente y que Carlos el hermano menor, les dice que no lo hagan porque si lo
hacen se las tendrán que ver con él y los hermanos empiezan a darse
cuenta de que se está enamorando de la princesa y que de vez en cuando les
hacen bromitas. De esta forma consigo que la historia dure un poquito menos y
la atención de los niños se pueda mantener durante todo el relato.
* He mantenido
la estructura general de la versión narrada en clase porque me parece que es
adecuada y que se sigue el esquema marcado.
* Se mantiene
la huida por obligación de la protagonista de su hogar, el recorrido que va
llevando a lo largo de la historia, desde que es más joven hasta que tiene la
edad para casarse, la aparición de los personajes reales que ayudan a la princesa,
que es la protagonista y el desenlace con el final feliz.
* Por último
quiero destacar que es muy fácil distinguir a los personajes, sabemos
perfectamente cuales son los buenos y los malos. Esto hace que los niños se
puedan identificar a los personajes y puedan querer imitar algunos hechos.
Bibliografía y webgrafía:
Grabación
del cuento “La princesa y los siete bandoleros” narrado en clase por la
profesora.
Apuntes
proporcionados por Irune.